¿Qué fue del happy hour?

Rumores hubo, y pocos fueron los que se molestaron en comprobarlos. Pero, al parecer, es cierto: de acuerdo con los requerimientos de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, los happy hours  están prohibidos en Barcelona. Y yo me pregunto, ¿en serio?

No por mi posición al respecto -que puede ser más o menos anecdótica- (me encanta el happy hour pero tampoco se muere nadie sin él) me sorprende, sino por el hecho de que se siga ofreciendo. Según publicaban El Mundo y El País, entre otros,  hace más de año y medio, se nos habría tenido que acabar el chollo. ¿Nos encontramos pues ante un desfile de bares subversivos dispuestos a apechugar con las sanciones administrativas? (esto me recuerda a las obras que se hacen sin licencia, cuya multa es menor que el coste de la propia licencia) ¿O más bien inconscientes? ¿Por qué no nos habíamos enterado? ¿Somos nosotros los inconscientes? Como fan del Mojito, esta incertidumbre no me permite vivir.

Más relatos escalofriantes (en vídeo) aquí.

Lo peor de todo es que me hallo aquí sumido en profundas reflexiones sobre este tema cuando quizás resulta que la propuesta no llegó a llevarse a trámite, y solo triunfó el sector antitabaco (cosa que no me extraña puesto que pretender reducir el alcoholismo juvenil evitando las promociones happy hour es ingenuo o muy ingenuo).

En cualquier caso, los carteles promocionales siguen estando ahí, no demasiado escondidos, que digamos… Y nadie parece preocupado porque se acaben las ofertas. Más bien al contrario.

Disfrutemos pues de los 2X1, del Mojito a 3’50€ y de la sangre que hierve hasta decir basta, víctima de un exceso de bilirrubina.

Buenas noches.

Nunca una expresión había calentado tanto nuestros corazones

Nunca una expresión había calentado tanto nuestros corazones

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